Como bien sabéis, los perros pueden tener miedos, igual que nosotros. Pueden tener miedo a las personas, animales, ruidos fuertes, objetos y a salir a la calle. El miedo les permite estar alerta a diferentes peligros que puedan encontrar en el entorno y así evitar que se pongan en riesgo innecesariamente, pueden decidir huir o luchar. Aun así, si observas que tu perro está más asustadizo de lo normal, debes acudir al veterinario para descartar causas orgánicas.
Es importante diferenciar el miedo de la ansiedad (estado crónico de alerta) y de las fobias (no son adaptativas y provocan una reacción descontrolada en el perro).
Causas
El miedo puede estar causado por:
- La poca socialización que haya podido experimentar, no tiene todos los estímulos con los que va a convivir de adulto.
- Herencia genética.
- Experiencias que le han marcado en su vida, como situaciones traumáticas, enfermedades que le hayan producido mucho dolor, maltrato animal… Una solución puede ser acudir a un etólogo, quien le ayudará a establecer unas pautas de comportamiento y un tratamiento concreto.
Síntomas
Cada perro es único y tiene una personalidad propia, por esto es imposible establecer un manual exacto de cómo comprenderlos física y emocionalmente. Para conocerlo mejor, deberás pasar tiempo con él, vivir experiencias y observar su comportamiento.
Para conocer detalladamente todos los síntomas que indiquen que el perro tiene miedo, debes aprender sobre su lenguaje corporal, pero te mostramos los principales síntomas.
- Cola entre las piernas: es uno de los síntomas más evidentes.
- Orejas hacia atrás: cuando tienen miedo o están en posición de sumisión.
- Postura encorvada: no se comporta y actúa con seguridad.
- Busca un refugio para esconderse: cuando el animal se siente amenazado, buscará un refugio seguro, donde pueda esperar a que pase el peligro.
- Intentar escapar: huir es una forma de escapar del peligro y evitar peleas.
- Señales de calma: relamerse, bostezar, girar la cabeza, encogerse, desviar la mirada…
- Posturas de sumisión: pueden aparecer de forma regular en las relaciones entre individuos de la misma especie.
- Rigidez muscular y temblores.
- Micción involuntaria: un perro que se orina por miedo lo hace involuntariamente cuando se encuentra en una situación que lo supera. Incluso si el miedo es extremo puede defecar.
- Estereotipias: comportamientos de forma repetitiva y de manera obsesiva, pueden ser perseguirse, mordisquearse, lamerse excesivamente, ladrar sin cesar, cazar insectos imaginarios…
Con muchos mimos y paciencia, se pueden solucionar todos estos problemas. Cuando nosotros tenemos miedo nos gusta sentirnos arropados, a los perros les gusta sentirse igual.