¡Pet Parents! Hoy os informamos de la labor que está realizando durante la pandemia el refugio británico «Bettersea Dogs and Cats Home», para perros y gatos.
Debido al coronavirus, en marzo tuvieron que parar de estar abiertos al público, y reducir la cantidad de animales que acogen. Pero gracias a las videollamadas, han seguido intentando encontrar nuevos Pet Parents para todos estos animales que buscan un hogar en el que ser súper felices.
Muchas personas a pesar de esta situación provocada por la pandemia mundial, han seguido queriendo adoptar una mascota. Como es el caso de John Waters y su esposa Lois, los cuales están muy felices de haber podido superar las restricciones vigentes en el Reino Unido por el coronavirus y haber podido adoptar un nuevo compañero de vida.
Concretamente, su nueva mascota ha sido Shadow, un husky siberiano de seis años y medio, que vivía con una familia de acogida en Kant, en el sureste de Inglaterra, cerca de uno de los refugios que lleva Bettersea.
Lo consiguieron porque por internet manifestaron su interés sobre adoptar un perro. Por ello, recibieron llamadas y una videollamada mediante la cual «conocieron» a Shadow, la cual se sumó rápido a su familia, yéndose a vivir a Leicester, en el centro de Inglaterra.
La pareja tenía un gran vacío tras la muerte de su anterior perro, y gracias a Shadow, han podido recuperar la felicidad y rescatado a un animal. ¡Una acción super gratificante!
La historia de Shadow ha tenido un final feliz, pero es un tanto incierto el futuro de las organizaciones de bienestar animal en el Reino Unido.
«Calculamos que estas organizaciones van a sufrir una pérdida del 50% en sus ingresos (por el cierre del coronavirus)», afirma el gerente de Bettersea, Steven Craddock.
También dice que al depender por completo de las donaciones públicas, Bettersea espera sufrir una pérdida de 11 millones de libras (14 millones de dólares) en los próximos 18 meses. Lo que sin duda dificultará la labor de rescate, cuidado y realojo de perros y gatos abandonados o callejeros.
A lo que añade que «si cierran varios centros de rescate en Reino Unido, los animales que necesiten ayuda se van a quedar sin sitio a dónde ir».
