La fisiología de nuestro perro es importante para detectar cualquier variación que pueda deberse a un problema de salud.
La temperatura de los perros oscila entre los 37,8 y 39,2 grados aunque debemos tener en cuenta que un perro puede estar enfermo y tener una temperatura corporal normal, ya que no todas las patologías producen fiebre o descenso de la temperatura.
Un perro adulto tiene una temperatura de media de 38,5 grados y por ejemplo un cachorro, que todavía no es capaz de regular su temperatura, tiene una temperatura entre 34,4 y 36,1 grados hasta las 4 semanas.
Temperatura alta
Hay muchas causas que provocan la fiebre, como infecciones o inflamaciones, que pueden ir acompañados de otros síntomas. En esta situación es importante visitar al veterinario, sobre todo en cachorros y perros mayores.
Las altas temperaturas se pueden relacionar con un golpe de calor. Los síntomas más comunes son dificultades respiratorias, la saliva espesa, el enrojecimiento de las mucosas… Si la temperatura supera los 41,5ºC existe riesgo de daños en los órganos vitales e incluso la muerte.
Temperatura baja
Si un perro sufre hipotermia, puede ser muy grave. Estas temperaturas pueden deberse cuando el animal está en un proceso infeccioso grave, sufre alguna hemorragia interna o acaba de salir de una anestesia.
El veterinario es el encargado de devolverle al animal su temperatura normal, si no es así, el ritmo cardíaco y el resto de funciones corporales se ralentizarán y el perro podría fallecer.
¿Cómo tomar la temperatura?
Se puede usar el termómetro digital que usamos los humanos, pero la temperatura debe tomarse por vía rectal, se puede lubricar con un poco de vaselina.
- Manteniendo el perro de pie, tendremos que levantar la cola y mantenerlo quieto, si es necesario, podemos pedir ayuda a otra persona.
- Introducir suavemente el termómetro, con un ligero movimiento de giro, y la longitud suficiente para que la punta quede cubierta y pueda medirse la temperatura. Si es un cachorro, se debe usar un termómetro pediátrico y extremar el cuidado.
- Esperar a que el termómetro tenga el resultado para retirarlo. Es importante desinfectarlo antes de guardarlo para evitar transmitir enfermedades. Si se diese el caso de que el termómetro se rompe en el interior del cuerpo, se debe acudir urgentemente al veterinario y nunca intentar extraerlo por cuenta propia.
