¿Es normal que a tu gato le guste dormir contigo?

La carita adorable de tu gato puede ser lo último que veas antes de apagar la luz, o quizás te despiertes por la mañana y te des cuenta de que saltó a la cama mientras dormías. No hay nada extraño en ninguna situación.

De hecho, hay bastante razones por las que a los gatos les gusta dormir en la cama con nosotros, y sí, es perfectamente normal. ¿Eso significa que algo va mal si tu gato prefiere dormir solo? No, no hay nada por lo que preocuparse si a tu gato no le gusta dormir contigo.

Depende de la personalidad del gato. En términos generales, se clasifica a los gatos en tres categorías: hay un gato que es un gato de personas, hay un gato que es un gato de gatos y hay un gato que prefiere la soledad. Y realmente depende de su estado de ánimo, cómo se hayan unido a ti y cómo te comportes cuando el gato se despierta por la noche.

De estos tres tipos de gatos, «el gato de la gente», que poéticamente se describe como «el que disfruta de tu cercanía», tiene más probabilidades de saltar a tu cama por la noche. Pero aunque tu gato esté muy unido a ti, podría preferir dormir solo por varias razones, como por ejemplo que la temperatura no es la que le gusta, las sábanas no son lo suficientemente suaves o porque puede escuchar a otros animales fuera en la calle.

Teniendo en cuenta los sentimientos de los gatos, debemos entender que cada uno puede expresar sus sentimientos de manera diferente. Si tu gato quiere dormir contigo (o pasar el rato durante las horas del día) puede depender de su personalidad o de sus niveles de socialización.

Si eres de esos Pet parents que sueña despierto con tener más tiempo para acurrucarse con su gato, puedes alentarlo a ser «más suave», pero tendrás que moverte lentamente y dejar que tu gato marque el ritmo.

Puedes hacer que el gato sea más cariñoso simplemente permitiendo que se acerque a ti y, cuando venga contigo, recompensarle con juegos, golosinas, caricias, etcétera. A los gatos les gusta que les acaricien alrededor de la cabeza, el cuello, las mejillas o debajo de la barbilla. Si les permites controlar la interacción, estarán mucho más seguros y cómodos.

También es importante que tengas en cuenta que cualquier interacción con tu gato debe hacerse a su ritmo. Si tu gato se acerca a ti, recuerda que manda él en la situación. No extiendas la mano para acariciarlo, no te inclines hacia adelante, a menos que tu gato te esté dando una señal de que eso es lo que quiere. Deja que el gato se vincule a ti de forma natural y observa su lenguaje corporal. Dale su tiempo.

Por otro lado, si tu gato normalmente duerme contigo y de repente deja de hacerlo, vale la pena prestarle atención. Pregúntate si ha habido algún cambio que pueda afectar a tu gato, como por ejemplo, ¿hay un bebé o una nueva mascota en la casa? Y observa si algo más está sucediendo con tu gato.

Los gatos son animales de hábitos y están realmente arraigados a su rutina. Si tu gato de repente empieza a hacer algo diferente o inusual, deberías tener en cuenta también otras cosas: ¿está comiendo bien? ¿tiene vómitos? ¿bebe mucha agua? Intenta juntar todas las piezas del rompecabezas para ver qué le puede estar sucediendo.

Por último, si quieres que tu gato duerma contigo en la cama, pero todavía está un poco inseguro, siempre puedes hacer un poco de trampa. Un truco realmente genial para los gatos a la hora de acostarse, para hacer que se queden en la cama o que no duerman boca abajo, es una almohadilla térmica. Son buscadores de calor, por lo que van a gravitar hacia una fuente de calor.

Y, antes de preguntar, sí, eso también es totalmente normal.

Más artículos
Un perro juega al escondite con una niña y se vuelve viral en redes