Cómo limpiar las orejas de tu gato

Los gatos son muy característicos por su increíble oído, de hecho, ¡pueden oír hasta tres veces mejor que nosotros!

Además, son animales muy limpios e independientes, que se pasan el día acicalándose y se encargan ellos mismos de su higiene. Es por ello que sus oídos suelen estar limpios y sanos, pero esto no debe hacerte olvidar el cuidado de un gato, y debes prestarle atención a su estado de salud.

Como hemos dicho, sus oídos suelen estar sanos, pero aun así, es posible que ciertos gatos los tengan más sucios. Como por ejemplo: los gatos bebés que todavía no saben cuidarse solos, aquellos gatos ancianos, los que pasan mucho tiempo en el exterior, o los que sufren alguna patología.

A continuación te traemos consejos e indicaciones para saber cómo limpiarle las orejas a tu gato, ¡sé muy cuidadoso!

Signos de problemas de salud en el oído

Para empezar, os queremos alistar ciertos síntomas o signos de problemas de oído, para que podáis detectar posibles infecciones o similares. Si tu gato sufre alguno de ellos, ¡llévalo de inmediato al veterinario!

  • Se rasca la oreja de forma persistente.
  • Inclina o sacude la cabeza.
  • Pierde el equilibrio y se desorienta.
  • Tiene la oreja de color rojo.
  • Sus oídos producen un mal olor.
  • Sus oídos segregan una sustancia negra o amarillenta.
  • Acumulan cera de color marrón oscuro.
  • Ha perdido audición.
  • El oído le sangra.

Si no padece ninguno de estos síntomas, seguramente tendrá un color rosado pálido. Pero si tiene suciedad o una cantidad abundante o constante de cerumen, te recomendamos que lo lleves igualmente al veterinario. Este te podrá recomendar el producto de limpieza auditiva más acertado para tu gato según su caso, resolverte todas las dudas e incluso enseñarte detalladamente cómo limpiarle las orejitas.

Aun así, ¡empecemos con los pasos!

#1 Llevar a tu gato a un lugar tranquilo

Primero, en cuanto a la frecuencia, la revisión de las orejas recomendada si tu gato no sufre ningún problema, es de una vez a la semana o cada dos semanas. Si padece algún síntoma de los comentados previamente, la frecuencia de cuidados te la dirá tu veterinario.

Si no has acostumbrado a tu minino desde bebé a limpiarle las orejas, es posible que no se deje de primeras o que le resulte incómodo. Por ello, te recomendamos que el ambiente sea lo más favorable posible, así que intenta limpiarlas en un lugar tranquilo de tu casa. Y sobre todo sin otras mascotas cerca.

Si necesitas cogerlo, te recomendamos que utilices una toalla o similar para envolverlo. Así lo tendrás bien sujeto y será más fácil. Si tu gato se pone excesivamente nervioso y lo está pasando mal, ¡pruébalo en otro momento! 

#2 Limpieza de la parte externa 

Primero, es conveniente empezar por la parte externa de la oreja. Para ello, se puede utilizar una gasita o toalla humedecida, con un poco de su champú, puede ser el recomendado por nuestro veterinario.

¡Frota con cuidado y delicadeza!

Ten en cuenta no repetir la misma gasa o toalla en las dos orejas, puesto que si tuviera una infección en una de ellas se la podrías pegar a la otra.

#2 Limpieza de la parte interna

Esta zona, por lo contrario, es muchísimo más sensible, así que deberás ser extremadamente cuidadoso.

  1. Es sumamente importante que utilices un limpiador de oídos específico para gatos.
  2. Primero, ábrele la oreja y prosigue echándole una gotita del producto mentado. 
  3. Cuando hayas hecho esto, sigue cogiéndole la oreja, para evitar que el líquido se caiga fuera y no haya servido de nada. 
  4. El siguiente paso será realizar un suave masaje en la base de la oreja, durante unos 15-20 segundos. Tu veterinario puede enseñarte la técnica exacta.
  5. Por último, deja que se sacuda la cabeza, y elimine así el cerumen acumulado.
  6. ¡Dale un premio! Es una manera de adiestramiento positivo, y tu gato comprenderá que aunque no lo pase del todo bien, tiene recompensa al final.

Desde Pampermut, no te recomendamos que utilices bastoncillos ni ningún cuerpo extraño en este proceso. Estos, pueden empujar la suciedad que se acumula, y formar un tapón en el tímpano, pudiendo ocasionar inflamaciones o problemas más graves respecto a su capacidad auditiva y salud.

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